Los New York Knicks lograron este lunes una de las victorias más destacadas de la franquicia en las últimas décadas. En un Madison Square Garden en llamas, vencieron a los Boston Celtics con una puntuación de 121-113 para tomar una ventaja de 3-1 en la serie contra el campeón defensor de la NBA. El partido dejó varios puntos clave para entender la victoria de los Knicks.
Puntos claves de la victoria
Un Mikal Bridges mucho más decidido que en juegos anteriores (21 tiros; 23 puntos), la carga al rebote ofensivo por parte de New York (13 a 7) y otra actuación memorable de Jalen Brunson: 39 puntos y 12 asistencias. Sin embargo, es posible que nada de eso hubiera sido suficiente si no fuera por una decisión difícil pero necesaria tomada por Tom Thibodeau en el último cuarto.
La decisión de Thibodeau
Estadísticamente, Karl-Anthony Towns jugó un gran partido. Terminó con 23 puntos y 11 rebotes, con un súper eficaz 11 de 15 de cancha. Pero aunque es cierto que el dominicano fue sólido en ataque, su defensa estaba poniendo en jaque la victoria de los Knicks. Con el marcador apretado en el último cuarto, Boston -con Jayson Tatum a la cabeza- estaba atacando y anotando una y otra vez contra Towns, buscando los cambios de marca y cazando al exMinnesota en el perímetro.
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Cada vez que los Celtics atacaban a Towns, conocido por sus problemas defensivos, anotaban. Entonces, Thibodeau dijo basta: a poco menos de ocho minutos en el último cuarto, y con su equipo arriba por dos puntos, el entrenador decidió sentar a una de sus dos máximas estrellas y colocar en su lugar a un defensor mucho más seguro como Mitchell Robinson. Towns ya no regresó hasta los instantes finales, ya con el partido definido en favor de los Knicks.
El resultado de la decisión
En el medio, con Robinson haciendo un trabajo mucho mejor en esos cambios y sin sentir la ausencia de KAT en ataque, New York transformó ese +2 en un +10 que lo guió hasta la victoria. No es para nada común ver a una estrella de la NBA en el banquillo, cuando se está definiendo la suerte de su equipo en los Playoffs. Y menos en un partido en el que venía brillando en ofensiva, con doble-doble incluido y excelentes porcentajes.
Pero lo cierto es que los Knicks tenían que ganar este partido y, para hacerlo, Thibs entendió que la mejor opción era que su interior de 50 millones de dólares viera la definición desde afuera, a pesar de no tener problemas de faltas personales hasta ese punto. El desenlace le dio la razón al veterano entrenador de New York y, ahora, su equipo viajará al TD Garden para intentar sellar su boleto hacia las Finales de Conferencia.